El ganador de las elecciones ha sido el PSOE, que con igual número de votos del 2004 ha conseguido cinco diputados más, hasta alcanzar los 169 con los que Zapatero puede gobernar en minoría otros cuatro años más, pero necesitará pactar y aquí CIU (en este momento se disputa un diputado con el PP) puede volver a recordar aquellos tiempos de pactos con Felipe González y con José María Aznar.
Debe tener muy presente Zapatero que donde más votos -apoyo- ha recibido en estas elecciones ha sido en Euskadi y en Cataluña, de esta última proceden cuatro de los cinco diputados que ha ganado.
Dentro de la alegría contenida del PSOE, Zapatero en sus primeras palabras se acuerda de las víctimas del terrorismo y habla de gobernar sin crispación y con la mano firme y tendida.
En el PP la cara de Mariano Rajoy no expresaba una felicidad plena, han dado un gran paso pero les faltó el impulso final. El discurso del líder desde la terraza de la sede de la calle Génova, ha abierto muchos interrogantes sobre su continuidad o no al frente del partido, y si además añadimos ausencias significativas en esa terraza, léase Gallardón, Zaplana y Esperanza Aguirre, los rumores se disparan.
Lo que parece inevitable es una profunda renovación de sus cargos y una necesaria revisión y evolución de algunas ideas, con la mirada puesta en la posibilidad de gobernar dentro de cuatro años.
Dos sonadas derrotas, ESQUERRA y IU, el independentismo catalán castigado por no apoyar el estatuto en su momento y la izquierda de Llamazares que ha sufrido el desplazamiento del voto útil al PSOE. El hundimiento de IU ha provocado que Llamazares anunciase ya su marcha.
De los demás partidos nacionalistas o bien se han mantenido o han perdido votos y escaños, las minorías pierden terreno y lo gana y se afianza el bipartidismo. Eso sí, se incorpora a esas minorías un nuevo partido UPyD y un nuevo nombre el de Rosa Díez.
La participación con un 75% obtiene una muy buena nota, igualando a la del 2004 y afianzado aún más el bipartidismo.
Tenemos y tienen los que han salido elegidos, cuatro años por delante, todos deseamos que sean más llevaderos que los anteriores, con menos crispación política y más volcados en los problemas que afectan a todos los españoles; hay una desaceleración de la economía que ya es urgente atender. Manos a la obra.