Juan José Ibarretxe, siempre me ha parecido un político al que le gusta el protagonismo, ambicioso y un tanto obsesionado con ocupar un lugar en la historia, al considerarse en posesión de la verdad.

No ha dudado en tomar prestado un voto impregnado de terrorismo, supongo que no será a cambio de nada, para seguir desafiando las normas que todos tenemos, y que consideramos mínimas para una convivencia en paz.

No ha dudado en dividir un territorio, el de mayor autogobierno de Europa, en dos mitades, empezando por su equipo jurídico, su mismo partido, mostrando tímidos apoyos y el parlamento vasco, por segunda vez, que dice sí con un voto de diferencia. Se aprueba un texto que legalmente no puede llevarse a buen fin.

No ha dudado en seguir un camino que solo se ha marcado él, distanciándose de los ciudadanos vascos, más preocupados con los aconteceres diarios que con los planteamientos políticos de su presidente.

Pasará a la historia como un político mediocre, que no supo o no quiso, aprovechar la mayor autonomía de gobierno que ha tenido un presidente autonómico, para buscar una mayor prosperidad y calidad de vida para sus ciudadanos, mediante la consecución de la paz permanente.

Unas próximas elecciones vascas pueden significar su muerte política.

[Texto del proyecto de ley del gobierno vasco]