Los que han vivido de cerca jornadas interminables en la dura lucha contra el fuego, dicen que es como una fiera que tiene vida, su impredecible avance, el sofocante calor, el insoportable ruido y esa pestilente atmósfera que con su olor a quemado llega hasta el interior de nuestros pulmones, impidiéndonos respirar y haciéndonos llorar. Pero la impotencia se hace mayor cuando al pasar, solo queda la desolación.

Esto lo saben muy bien los hombres y mujeres que de una forma u otra luchan contra este fascinante y a la vez temible elemento de la naturaleza, por algo se les consideran héroes.

Hoy es California, pero en los últimos años Australia, Portugal, Canarias, Grecia y mi querida tierra, Galicia, han conocido de cerca la devastadora fuerza del fuego.

[Fotos | The Big Picture, recomiendo su visita]