Espiral de violencia

El último atentado, una mochila con ocho kilos de explosivos, destrozó la sede socialista de Lazkao –municipio de Guipúzcoa de 5.100 habitantes– sin causar víctimas, pero sí cuantiosos daños materiales entre los que se encuentra la vivienda familiar de Emilio Gutierrez.

El vecino no soportó la situación y en una mezcla de rabia, ira y venganza, destrozó la taberna abertzale de la localidad, siendo detenido y posteriormente puesto en libertad pendiente de pasar a disposición judicial.

Al atardecer en distintos edificios de la localidad aparecen pancartas que acusan al vecino de «agresor fascista».

Hoy este vecino que a cara descubierta y a plena luz del día, mostró su impotencia e indefensión aplicando la justicia por su cuenta mediante el ojo por ojo, se ha visto obligado a huir de su casa, de su localidad, porque los del pasamontañas y la nocturnidad, amenazan su vida. Un blog, pide solidaridad y apoyo, incluso económico, para quien desde ya su vida será más difícil.

Rechazo de lleno que se use la fuerza para lograr cualquier fin, no justifico el ojo por ojo, ni el uso de la violencia, pero consideró comprensible una reacción emocional como el de este caso, porque la violencia solo genera violencia.

Hay reacciones «políticamente correctas», Ibarretxe, pide «no tomarse la justicia por su cuenta» y Patxi López desaprueba el «ojo por ojo». Pero hoy fue el ciudadano Emilio Gutierrez quien harto, necesita la solidaridad no solo moral, también económica, sicológica y humana de todos, incluidas las instituciones que dirigen los políticos, para intentar llevar una vida más o menos normal e intentar parar la espiral de violencia.

Hay muchos vecinos que viven silenciados por sus vecinos.

Ya no es portada, pero la tragedía continua

Hoy me ha costado encontrar, en las diversas páginas digitales, lo que yo creía debía ser una noticia de mucho interés humano, «Al menos 15 de los 21 fallecidos en Lanzarote eran menores».
Cayuco en TenerifeNo hace mucho el drama diario de las migraciones ocupaban portadas y abrían telediarios, hoy los problemas de la economía, las huelgas de la justicia y sobre todo la basura que producen los políticos al utilizar los bienes públicos para favorecer sus negocios particulares, hacen que este drama casi diario se pierda muy abajo en los diarios digitales.

Foto | EFE