Cadena perpetua, no gracias

Cadena perpetua A medida que se aproximan las citas electorales los políticos más nerviosos se ponen, la consecuencia es en muchas ocasiones salidas de pista. Un ejemplo claro es la del presidente del PP de Andalucía Javier Arenas, aprovechando que hace un año del caso Marta del Castillo e inventando un supuesto debate en la calle, propone contemplar la posibilidad del establecimiento de la cadena perpetua, alegando que en Europa si existe.

Mal por el señor Arenas, peor por quienes le siguen ciegamente –Cospedal y Aguirre– creyendo obtener por ello ventaja política y una mayor conexión con su posible electorado.

Conviene recodar que nuestra Constitución en su artículo 25.2 dice «Las penas privativas de libertad y las medidas de seguridad estarán orientadas hacia la reeducación y reinserción social y no podrán consistir en trabajos forzados.». Los mismos jueces consideran que no tiene encaje constitucional, teniendo en cuenta que en nuestro actual sistema las penas pueden llegar a 40 años reales de prisión y en los países europeos con cadena perpetua, estas se revisan y en ocasiones se suspenden.

Cadena perpetua, no gracias y no a este tipo de debates estériles, demagógicos, oportunistas y que no aportan nada a la sociedad española.