Mientras en Puerto Príncipe, que desde hace unos días todos sabemos que es la capital de Haití y hasta sabemos colocarla en un mapa, los miles de muertos que hay entre sus ruinas empiezan a desprenden un putrefacto olor, que tienen que soporte los que han tenido la «suerte» de sobrevivir al terremoto para pasar a vivir en un auténtico infierno.
Mientras en el norte de la isla y a solo cien kilómetros de esa capital, uno de los cruceros mas grande del mundo, el ‘Independence of the Seas’ de la Royal Caribbean Cruise Lines, hizo escala en el complejo turístico de Labadee, gestionado por la misma compañía, en donde los turistas pudieron desembarcar para pasear, bañarse en las cálidas y transparentes aguas del Caribe, comprar el consabido souvenir y pasar un día relajados y felices, hombres armados se encargan de su protección y por supuesto ni se han enterado que un poco más abajo hay muerte, angustia y dolor.
La Royal para parecer buena: «Royal Caribbean dedicará a las víctimas del terremoto de Haití el 100% de las ganancias obtenidas hoy por las excursiones y viajes del ‘Independence of the Seas’, crucero que transporta 60 bidones de agua y otros suministros de auxilio hasta el país caribeño.»
Imágenes y noticias como esta ofenden, incluso me cabrean y me producen cierta rabia, pero ya no me sorprenden, lo cual me preocupa. ¿Y a ti?
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