"Salir" de Cuba

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El resultado final de este ejercicio será una pequeña tarjeta blanca donde se me autoriza a salir de Cuba para recoger el premio Ortega y Gasset. Insisto que no se trata de “viajar”, ya que ningún cubano usa ese verbo para la acción de ir al extranjero. Nosotros saltamos, cruzamos, salimos o nos vamos; pero viajar es demasiado poco cuando de brincar la insularidad se trata. Incluso, la ansiada autorización que necesito es conocida como “permiso de salida” y lleva en sí el sonido de cerrojos que se abren.

No sé si sirven de mucho las horas acumuladas en las colas, las certificaciones de nacimiento legalizadas, el hábito de llevar hasta los documentos que no hacen falta -como la tarjeta de vacunación o el último recibo de la electricidad-. No sé, pero intuyo, que la respuesta a mi solicitud de viaje ya está tomada y espera por mí en una gaveta. Nada de lo que haga podrá evitar que la llave abra o cierre la puerta.

Mientras, llego a creerme que “salir” es posible.

[Entrada completa en Generación Y : Salir o viajar]


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  1. El médico puede considerar necesario la administración de medicamentos para prolongar la erección. Esto lo hacemos para relajarnos, para no sufrir de stress cuando sintamos la aproximación del momento cumbre, de la penetración.