Hemos sido buenos, mejor, los Reyes Magos han sido muy buenos y no han dudado en exprimir hasta el último céntimo de las ya de por sí, vapuleadas tarjetas de crédito y poder satisfacer nuestras ilusiones -demandas- materialistas.
Además media España ha podido disfrutar de un día extra de ocio, pudiendo poner en funcionamiento, mediante la lectura tranquila de sus instrucciones, el regalo recibido o bien deshacernos del incomodo obsequio, vía subasta en Ebay.
Pero ya hemos acabado con los días de licores, manjares y regalos y hoy martes, todos de cabeza a nuestros quehaceres, estudiantes a sus escuelas y trabajadores a sus empresas. Empezamos en serio el año, con sus rebajas, con su pendiente de enero y toca apretarse el cinturón, en algunos casos, ya en el último ojal (hoy un compañero me dice que debe vender el piso -del banco- por no poder atender la hipoteca de 900 euros y además vivir con un sueldo de 1.200 euros), y alguno osará pensar que se pueden hacer más ojales.
Nos encontramos a dos meses de unas elecciones generales que van a tener como antesala una reñida campaña electoral, en donde la economía doméstica -en macroeconomía vamos muy bien- va a jugar un papel muy importante, más del que esperaba el gobierno hace unos meses atrás.
Pero largo comentaremos, un año que se presenta muy interesante.