Tras leer este manifiesto es difícil no adherirse a todos y cada uno de sus puntos, no se pide más que lo que es de justicia.
Porque en la era de la globalización quienes tenemos acceso a la Red sólo somos el 24% de la población mundial, porque 5.100 millones de personas no tienen acceso a Internet, porque no somos la sociedad, sino sólo una parte de ella, porque no queremos ser una elite, porque no queremos sentirnos privilegiados, porque no queremos generar más invisibles y excluidos, nosotros, parte de la ciudadanía internauta, demandamos un compromiso firme y decidido para acabar con la brecha social y digital. Pedimos un verdadero pacto de responsabilidad social a los organismos supranacionales –principalmente a la ONU y la UE–, a los gobiernos central, autonómicos y locales, a los partidos políticos, a los medios de comunicación masivos y sociales, a las empresas, a las organizaciones no gubernamentales y a la ciudadanía en su conjunto para que:
• El acceso a la información y el conocimiento, y a las herramientas tecnológicas sea un derecho universal amparado por legislaciones locales, estatales y supranacionales, y apuntalado por la ciudadanía.
• Ese derecho no sea monopolizado por quienes crean, sirven y gestionan los medios, las herramientas y las propias obras, ni una concesión a quienes se les reconoce un privilegio previo pago de los servicios y herramientas de acceso al conocimiento global.
• La Sociedad de la Información y el Conocimiento se construya pensando en beneficios sociales, priorizando cuestiones claves como son la educación, la solidaridad, la pluralidad y la integración. Mal va la Sociedad de la Información y el Conocimiento si sólo pensamos en cómo unos pocos pueden acaparar y gestionar el poder y monetizarlo, si únicamente existen motivaciones económicas, de facturación, de mercado, de ocio y de entretenimiento.
• Acabemos con la exclusión de millones de personas en el mundo real y en la Red de redes. Porque todas ellas corren un alto peligro de absoluta invisibilidad. A quienes sufren exclusión podemos hacerlos visibles en la vida cotidiana y también aquí, en la Red de redes.
• Demos acceso, herramientas y visibilidad a quienes intermedian entre la sociedad acomodada y la necesitada.
• Frenemos la peligrosa endogamia en Internet y la disociación cada vez mayor del ecosistema online respecto al mundo real. Porque percibimos un desligamiento acelerado de los asuntos que no atañen directa o indirectamente a la Red y a sus miembros.
• Los medios de comunicación masivos y tradicionales, y la blogosfera asuman conjuntamente un compromiso de responsabilidad social. Nos confundimos si pensamos en imponer un único pensamiento en lugar de buscar el diálogo que permita poner en común acciones que aseguren el progreso en el Estado del Bienestar, la cohesión y la sostenibilidad.
• Los periodistas recobren la responsabilidad social y ética que se le presupone al periodismo. Difícilmente construiremos una Sociedad de la Información y el Conocimiento con ruido, confusión y desinformación. Pedimos rigor y también más y mejor información social.
• Todos pensemos en clave social. Pensar en clave social es pensar en el acceso universal a Internet y a todas las herramientas tecnológicas, pero también lo es dar visibilidad y espacio a los colectivos y problemas del mundo real, presionar en el mundo físico y en Internet para que paremos el suicidio colectivo del cambio climático, para que todo el mundo tenga acceso universal a la sanidad, a la educación y a la información, para que a nadie le falte comida ni agua, para que todas las personas tengan derecho a una vivienda y a un trabajo dignos, y a una remuneración justa por su trabajo, para que se respeten los derechos laborales, de las mujeres, de los menores, de las personas mayores, de los inmigrantes, de los desplazados y refugiados, de los enfermos, de las minorías, de las comunidades locales, de todas las razas, lenguas y culturas, y de nuestro medio natural. Pensar en clave social y actuar consecuentemente en el mundo físico y en Internet.
• Cerremos brechas económicas, generacionales, culturales, de género, geográficas y tecnológicas.
Actuemos por construir una verdadera red humana. Porque cada persona excluida en el mundo real y en el ecosistema online es un fracaso de todos nosotros.