«Permitamos que el tiempo venga a buscarnos en lugar de luchar contra él».
(Miguel Delibes, Valladolid, 17 de octubre de 1920 – 12 de marzo de 2010)
Durante uno de los cursos de bachillerato (años 70) el profesor de literatura nos recomienda la lectura del libro ‘La sombra del ciprés es alargada‘, al acabarlo me quede enganchado de su autor, Miguel Delibes.
Tras ese primer libro vinieron otros El camino, Diario de un cazador, Las ratas, he leído y visto Cinco horas con Mario con una Lola Herrera impresionante, El disputado voto del señor Cayo, he leído y visto varias veces Los santos inocentes con Paco Rabal y Alfredo Landa magistrales en sus personajes bajo la dirección de Mario Camus, Señora de rojo sobre fondo gris y lo último que recuerdo Mi vida al aire libre. Tengo y tenemos la suerte que nos ha dejado una extensa obra literaria y de una calidad difícil de igualar, nos ha dejado lectura para no aburrirse nunca.
Empezó siendo caricaturista en El Norte de Castilla, para ser periodista en el mismo diario y llegar a ser su director, hasta que lo dejo para ser escritor.
Era amante del campo, de la naturaleza, de la caza y la pesca, del paseo a pie o en bicicleta, de la libertad y de la sencillez, demostró que la felicidad en la vida se consigue con la suma de infinitos pequeños detalles, amaba a su mujer, Ángeles Castro, tanto que le inspiró, Señora de rojo sobre fondo gris, amaba Valladolid y los campos de Castilla, amaba al pueblo y a la literatura, era un hombre de los de verdad, un bo e xeneroso como decimos en Galicia.