Hoy he pasado por el centro de mi ciudad Vigo, supongo que será como todas las ciudades y pueblos en estos días, miles de personas llenas de bolsas y con una sola expresión en sus caras, gasto.

Son días de compras compulsivas y de gastos desmesurados que nos llevan a carteras y cuentas bancarias vacías. A muchas familias esas alegrías de hoy vienen acompañadas de más preocupaciones para los próximos meses.

Si tu has podido visitar este blog, primero gracias, ya eres un privilegiado como yo, y ambos pertenecemos al 10 % de la población mundial que disfruta del 70 % de las riquezas del planeta. Y yo, desde luego me veo obligado a pedir perdón al 90 % de la población mundial.

Porque existen otras realidades, de las 10.000 cartas de niños enviadas en la ciudad brasileña de Recife, 6.000 piden comida en lugar de juguetes, puedes enterarte leyendo este reportaje, «Querido Papá Noel: vamos a dormir con hambre».

Os dejo un dato que me tiene preocupado: Para obtener 50 litros de biocombustible son necesarios 200 kilos de cereales y con esa cantidad se alimenta una persona todo un año y la demanda de biocombustible incrementa el precio de los cereales y un menor volumen con destino al consumo humano, consecuencia más hambre. ¿Lo estamos haciendo bien?