Mediante la explosión de un coche bomba en la localidad vizcaína de Arrigorriaga, ETA ha asesinado a un inspector de la Policía Nacional vinculado a la lucha antiterrorista.
La banda terrorista, a pesar de todos lo golpes que recibe, no se rinde. Es lógico, los descerebrados no piensan en como poner fin a esta pesadilla, todo lo contrario, buscan la mejor manera de matar, buscan la víctima sin protección, sin escolta y de fácil y rápido acceso. El inspector Eduardo Puelles ha sido hoy la víctima propicia, con la mala suerte de que a ETA, hoy, no le ha fallado nada.
El gobierno, con Patxi López al frente, y el Parlamento vasco han condenado por unanimidad este nuevo atentado, lo cual es un cambio en la política vasca; lo mismo Zapatero y Rajoy, que han escenificado la unidad en la lucha contra el terrorismo. Es deseo de todos poner fin a este goteo de muertes.
No podemos relajarnos, seguramente a Eduardo le paso algo de eso, un relajamiento en sus medidas personales de seguridad. Cuando una fiera está malherida sus zarpazos pueden ser mucho más dañinos y dolorosos; ETA se siente acorralada y buscará víctimas fáciles para sus próximos objetivos, permanezcamos alerta y vigilantes, la lucha no ha terminado.
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