Vigo Mascotas

Dos buenas amigas Desesperada de Una mujer desesperada y Marta G. Brea de Faro de Alejandría, se han unido para poner en marcha una buena idea solidaria, Vigo Mascotas, ellas mismas lo presentan:

Vigo Mascotas es un blog nacido para ayudar a la Asociación Protectora de Animales y Plantas de Vigo a promover la adopción de animales abandonados. Defendemos la adopción frente a la venta y la esterilización frente a la irresponsabilidad.

No me queda más que desearle larga vida a este proyecto. El empuje y la ilusión que ambas le ponen ya es una garantía de éxito.

Apoyo este proyecto por amor a la naturaleza y a los animales de compañía en particular, no soporto el maltrato y abandono, ni me gusta que estos animales convivan en pisos de ciudad, considero que no es el mejor hábitat para ellos.

Si estás interesado o tienes curiosidad visita Vigo Mascotas.

[Fotos tomadas de Vigo Mascotas, bajo una licencia Creative Commons 3.0]

La universidad, espacio de libertad

En la segunda mitad de la década de los años setenta, día sí y día también, se convocaban en la universidad todo tipo de asambleas y reuniones para oír o escuchar a quien quisiera hablar, cantar o simplemente opinar, sin importar sus ideas o colores y todo bajo la particular vigilancia de la policía. Pero el espacio universitario rezumaba libertad por todos sus poros, todos defendíamos la libertad de expresión como un derecho fundamental en el que se sustentaban otros muchos.

Hace unos días y en menos de una semana, tres mujeres -dato curioso, tres mujeres, María San Gil, Dolors Nadal y Rosa Díez – y en tres universidades, han visto como su derecho a expresarse libremente era pisoteado por jóvenes universitarios, da igual la ideología o tendencia que tengan. Es preocupante que en la universidad existan este tipo de aptitudes -están los jóvenes que en le futuro llevarán las riendas del país- y me parece más preocupante la pobre o inexistente reacción de estudiantes y demás estamentos universitarios, en la defensa de la libertad de expresión.

Tampoco me parece solución decir que los políticos no deben acudir a la universidad, al contrario en la universidad tiene cabida todos y cada uno de los ciudadanos que tengan algo que transmitir a los estudiantes, para una mejor formación de estos, y los políticos como uno más de los ciudadanos.

Algo pasa en la universidad española cuando se ataca uno de sus principios, la libertad de pensamiento, y no se defiende, la libertad de expresión.